(Fuentes: Religión Digital y Iglesia Noticias). El 20 de junio, el papa León XIV firmó un decreto del Dicasterio para las Causas de los Santos que reconocía el martirio de 51 católicos franceses. Ahora se ha sabido que el próximo 13 de diciembre de 2025, la catedral de Notre Dame, de París, acogerá una celebración excepcional con la beatificación de este grupo de religiosos, seminaristas y fieles laicos, que murieron “por odio a la fe” bajo el régimen nazi entre 1944 y 1945.
Reclutados por el Servicio de Trabajo Obligatorio, cientos de miles de jóvenes franceses fueron enviados a Alemania a partir de 1942. Allí, el cardenal Emmanuel Suhard y el padre Jean Rodhain pusieron en marcha la Misión de San Pablo, una capellanía clandestina que enviaba sacerdotes, seminaristas y activistas a Alemania, según informa Tribune Chrétienne.
La Ordenanza Kaltenbrunner del 3 de diciembre de 1943 criminalizó esta misión, convirtiendo el apostolado en un delito castigado con la muerte, que fue la que padecieron por esta cusa los 51 mártires que ahora van a ser beatificados.
Estos mártires provenían de distintos ámbitos. Algunos eran sacerdotes, como Raymond Cayré, Jules Grand o Pierre de Porcaro. Otros, seminaristas, como Roger Vallée o Jean Tinturier. Varios pertenecían a las Juventudes Obreras Cristianas o a los Scouts de Francia, como Jean Mestre, Lucien Croci o Robert Saumont. El más joven tenía 19 años, el mayor 49. Jean Bernier era agricultor, René Boitier ayudante de carnicero, Marcel Touquet, padre…
Estos hombres, compuestos por religiosos, seminaristas y laicos, fueron ejecutados entre 1944 y 1945 bajo el régimen nazi, en un acto de odio hacia la fe católica. El reconocimiento de su martirio ha sido formalizado por el Papa León XIV, quien firmó un decreto del Dicasterio de las Causas de los Santos.
La misa de beatificación será presidida por el cardenal Jean-Claude Hollerich y se retransmitirá en directo, permitiendo a los fieles de toda Francia y del mundo unirse a este significativo evento espiritual. La causa de beatificación, iniciada en 1988, ha superado todas las etapas de la investigación diocesana antes de ser presentada en Roma. Ahora, su testimonio es reconocido por la Iglesia universal.
Los hechos. Durante la Segunda Guerra Mundial, bajo la ordenanza Kaltenbrunner del 3 de diciembre de 1943, la misión clandestina Saint-Paul, liderada por el cardenal Emmanuel Suhard y el abbé Jean Rodhain, enviaba sacerdotes, seminaristas y militantes a Alemania, donde el apostolado se consideraba un crimen punible con la muerte. En este contexto, 51 hombres fueron arrestados, deportados y ejecutados, víctimas del llamado “martirio del apostolado”.
Entre los mártires se encuentran sacerdotes como Raymond Cayré, Jules Grand y Pierre de Porcaro; seminaristas como Roger Vallée y Jean Tinturier; y miembros de la Juventud Obrera Cristiana o los Scouts de Francia, como Jean Mestre, Lucien Croci y Robert Saumont. El más joven tenía 19 años y el mayor 49. Todos ellos eligieron permanecer junto a sus compañeros, incluso cuando podrían haber evitado la deportación.
La historiadora Brigitte Waché destaca que “estos hombres ofrecieron su vida con plena conciencia, impulsados por su fe”. Para que su martirio fuera reconocido, era necesario demostrar tanto el odio hacia la fe de los perseguidores como la fidelidad de las víctimas, condiciones que han sido plenamente acreditadas. Monseñor Maurice de Germiny afirma: “Murieron por odio a su fe”, resonando con el llamado de San Juan Pablo II a no olvidar el testimonio de nuestros antepasados en la fe.
La beatificación en Notre-Dame, símbolo de una Iglesia que renace de sus heridas, otorga a estos mártires un lugar en la memoria viva de la Iglesia. Su ejemplo, humilde y heroico, invita a los cristianos de hoy a vivir su fe con valentía, fidelidad y caridad, incluso en medio de las adversidades.
Los nombres. Gérard Cendrier (1920-1945), franciscano, murió en BuchenwaldPaul; Le Ber (1920-1945), sacerdote, murió en Buchenwald; Joseph Paraire (1919-1945), sacerdote, murió en un “tren de la muerte”; André Boucher (1920-1945), sacerdote, murió en Buchenwald; Raimond Cayré (1915-1944), sacerdote de la diócesis de Albi, murió en Buchenwald; Jules Grand (1905-1945), sacerdote de Le Puy, murió en Buchenwald; Maurice Rondeau (1911-1945), sacerdote de Reims, murió en Cham después de Buchenwald; Antoine Charmet (1906-1945), sacerdote de Lyon, murió en Buchenwald; Louis Didion (1917-1945), scout, murió en Buchenwald; Robert Saumont (1919-1945), explorador, murió durante la evacuación de Buchenwal; Bernard Morizot (1924-1945), explorador, ejecutado en Buchenwald; Jean Bernier (1920-1945), agricultor, murió después de la evacuación de Buchenwald; René Boitier (1917-1945), ayudante de carnicero, falleció en Dachau; Robert Défossez (1920-1945), scout, murió en Buchenwald; Jean Préhu (1920-1945), scout, murió en Dachau; Maurice-Philippe Bouchard (1916-1944), scout, murió en un convoy de la muerte; Raymond Louveaux (1913-1944), scout, murió en un convoy de la muerte; Gaston Raoult (1921-1945), explorador, murió en la mina de Bad Salzungen; Jean Lépicier (1921-1945), miembro del JOC, murió en Buchenwald; Bernard Lemaire (1920-1944), miembro del JOC, murió en Buchenwald; Maurice Grandet (1920-1944), miembro del JOC, murió en Buchenwald; René Ponsin (1923-1945), miembro del JOC, ejecutado en Buchenwald; Victor Dillard (1897-1945), jesuita, murió en Dachau; Louis Doumain (1920-1944), sacerdote, murió en Zöschen; Pascal Vergez (1910-1944), sacerdote, murió en Zöschen; Pierre de Porcaro (1904-1945), sacerdote de Versalles, murió en Dachau; Claude-Colbert Lebeau (1922-1945), jocista, murió en Zöschen; Jean Chavet (1922-1945), jocista, murió en Mauthausen; André Parsy (1922-1944), miembro de la JOC, murió en Trebitz; Bernard Perrin (1921-1945), scout, murió en Gusen; Eugène Lemoine (1920-1945), scout, murió en Zöschen; Roger Vallée (1920-1944), seminarista, murió en Mauthausen; Jean Tinturier (1921-1945), seminarista, murió en Mauthausen; André Vallée (1919-1945), miembro del JOC, falleció en Flossenbürg; Henri Marrannes (1923-1945), miembro del JOC, falleció en Zwickau; Louis Pourtois (1919-1945), miembro del JOC, falleció en Mauthausen; Camille Millet (1922-1945), miembro del JOC, murió en Flossenbürg; Marcel Carrier (1922-1945), miembro del JOC, murió durante una marcha de la muerte; René Giraudet (1907-1945), sacerdote, murió en París después de Bergen-Belsen. Alfredo Dall’Oglio (1921-1944), jocista, murió en Berlín; Marcel Touquet (1914-1945), miembro del JOC, murió durante un convoy de la muerte; Lucien Croci (1919-1945), miembro del JOC, murió en Barth; Robert Beauvais (1922-1945), explorador, murió en Neuengamme; Jean Duthu (1921-1945), seminarista, murió en Flossenbürg; Jean Mestre (1924-1944), miembro del JOC, murió en Brunswick; Jean Perriolat (1920-1945), miembro de la JOC, murió en Mauthausen; René Rouzé (1922-1945), miembro del JOC, falleció en Dora-Mittelbau; Henri Euzenat (1920-1945), miembro del JOC, murió en Dachau; Joël Anglès d’Auriac (1922-1944), explorador, decapitado en Dresde; Jean Batiffol (1907-1945), sacerdote de París, murió en Mauthausen.